Schlögel, K. (2021). El siglo soviético. Arqueología de un mundo perdido. Galaxia Gutenberg.

Con el fin de consolidarse como una nación moderna que había superado el atraso legado del régimen zarista, se comenzó a publicar en 1930 la revista de propaganda SSSR na stroike, o URSS en construcción. La revista se publicó hasta el año 1941 y contó con aportaciones fotográficas y editoriales de algunos de los individuos más destacados del momento. Su influencia se extendió más allá de las fronteras de la Unión Soviética, ya que también fue publicada en otros cuatro idiomas: el inglés, francés, alemán y español.
Su objetivo principal, la presentación del país de la innovación, lo llevó a cabo a través de la publicación mensual y temática de su contenido. Cada número se enfocó en un aspecto concreto de la transformación de la URSS, cuya composición estuvo a cargo de un grupo de colaboradores estelares de la época; algunos de los que aportaron al contenido de la revista con su trabajo fueron John Heartfield, Aleksandr Rodchenko, Varvara Stepanovna, etc.
La notoriedad de sus contribuyentes también se extendió al equipo de redacción, el cual estaba conformado por miembros del Partido y del Estado. Aquí se mencionan a algunos:
- Gueorgui Piatakov: comisario del Pueblo para el Comercio
- Valeri Mezhlauk: presidente del Comité Estatal de Planificación
- Aleksandr Kosarev: presidente de la Unión de la Juventud Comunista
- Yevguenia Jaiutina: redactora y esposa de Nikolái Yezhov, comisario de la NKVD
A pesar de contar con figuras políticas importantes, ninguno vivió para ver la publicación del último número de URSS en construcción. Tanto Piatakov como Mezhlauk y Kosarev fueron ejecutados durante el Gran Terror de Stalin entre 1937 y 1938.
Desde el inicio del Estado soviético, los dirigentes de la nación emergente llegaron a la conclusión de que el uso de las imágenes sería clave para difundir sus ideas a una población que, en su mayoría, todavía era analfabeta. Por esto, se le dio un gran impulso a la producción cinematográfica y al uso de imágenes atractivas en las revistas que pudieran entenderse por sí solas.
Habiendo ocupado la Unión Soviética un espacio tan amplio, otro factor que se desarrolló con gran ímpetu fue la conexión entre las distintas regiones y países del territorio. Debido a esto, cada número de URSS en construcción presentó la transformación de la URSS no solo como un proceso modernizador, sino que también hizo gala de su carácter aglutinante en relación a todas las culturas que existían dentro de sus fronteras. La exposición de esta diversidad se veía contrastada por la idea de que el pueblo soviético era uno mismo, cuyas diferencias habían sido superadas gracias a la guía del Estado.