Plokhy, S. (2018). Chernobyl: History of a Tragedy. Penguin UK.
Después de la evacuación de Prípiat, se iniciaron los trabajos de limpieza y descontaminación de las áreas aledañas a la planta nuclear. Estos esfuerzos serian liderados por los casi más de 600,000 liquidadores que desempeñaron múltiples tareas para evitar un nuevo desastre.
Cada uno de los liquidadores tomaba un rol especifico, unos se dedicaban a la Fuerza Aérea Soviética, al ejército o la Fuerza Civil, otros eran científicos, geólogos, físicos, químicos, mineros y voluntarios civiles entre muchos otros más que trabajaron día y noche removiendo escombros, liderando equipos de maquinaria pesada, vehículos, helicópteros, entrega de materiales, armas, equipo de protección y la limpieza y destrucción de objetos contaminados como muebles, autos, animales domesticados, aldeas y cosechas.
El Escuadrón Suicida
Como consecuencia de la explosión, el sótano de la planta se convirtió en un sitio inundado por el agua que soltaron los bomberos para extinguir el fuego y la filtración de refrigerante. Esto provocaría un muy grave problema, porque si se dejaba sin atender, podría provocar una explosión térmica la combinación entre el núcleo derretido y el agua. El gobierno necesitaba gente experta que se supiera mover dentro de las instalaciones para abrir las válvulas necesarias y evitar una nueva catástrofe.
Los buzos o también conocidos como “El Escuadrón Suicida” fueron 3 operadores de la planta nuclear: Valeri Bezpalov, Alexei Ananenko y Boris Baranov, quienes eran las personas con el conocimiento necesario para hacer una tarea tan extrema. Sin conocer el peligro de la radiación dentro de la planta, hicieron lo que tenían que hacer y salieron con una misión cumplida.
Esta historia comúnmente termina en que los buzos murieron semanas después por la radiación a la que estuvieron expuestos, pero esto sigue siendo parte del misticismo que aún rodea a Chernóbil. Los 3 buzos vivieron por varios años más, Boris Baranov falleció en 2005 por un problema cardiaco, mientras que Valeri Bezpalov y Alexei Ananenko hoy en día se encuentran vivos y han dado entrevistas al respecto.
Los Mineros
Para mediados de mayo, otro problema había surgido, el reactor nuclear seguía ardiendo y con esto, derritiendo todo material que estaba a su alrededor, de esta manera se estaba hundiendo lentamente y si tocara las aguas subterráneas que daban al rio Prypiat y que este conecta con el rio Dniéper, podría provocar la contaminación de uno de los ríos más importantes de Europa del Este, por lo que algo se tenía que hacer.
Una nueva comisión es creada, en esta ocasión se tiene que crear una plataforma de concreto que evitar su filtración y colocar enfriadores, para instalarla se tenia que hacer un túnel, por lo que cientos de los mejores mineros de la Unión Soviética son llamados para cavar un túnel de 168 metros de largo a mano, sin equipo pesado, ventiladores, y con carros para sacar la tierra y el resto de los minerales.
A diferencia de los busos, el destino de todos los mineros es más complicado de conocer, después de los trabajos de excavación, hubo reportes de que varias tenían radiación aguda y tuvieron que ser hospitalizados, mientras que otros posiblemente murieron. Las cifras aún son desconocidas y solo se tienen estimaciones.
90 segundos
Otro de los esfuerzos más conocidos de Chernóbil es la limpieza del techo del reactor 3, donde más de 3,000 “bio-robots” o liquidadores, liderados por el General Nikolai Tarakanov, iban a hacer el trabajo que nadie más podía hacer; recoger las piezas de grafito radiactivo y demás escombros para la futura construcción del primer sarcófago. Los bio-robots iban vestidos en trajes completos de busos, protección de plomo en sus genitales y otras partes del cuerpo, respiradores, botas, pala y dosímetros. La tarea era simple, por 1800 segundos salían al techo y con la pala tenían que tirar los restos, todo el material y equipo usado después de este tiempo era considerado contaminado y no se podía volver a usar. Si sobrepasan el límite de tiempo, absorberían una dosis mortal de radiación y morirían a los pocos días.
Este esfuerzo de limpieza se ve finalizado con la bandera ondeando de la URSS en la punta de la chimenea de color blanco y rojo.
Al igual que el último caso, es difícil saber cuántas personas recibieron dosis peligrosas de radiación, algunas fuentes afirman que más de 100,000 liquidadores sufrirían por el cáncer, otras asumen que fueron menos casos.

La medallas de los Liquidadores representa una gota de sangre rodeada de las tres clases de radiación; alfa, beta y gamma.
En 1996, se construyó el monumento “A los que salvaron el mundo” en la entrada de Prípiat dedicado a los bomberos que perdieron su vida y los liquidadores que evitaron una nueva catástrofe mundial.
Video complementario: https://www.youtube.com/watch?v=ti-WdTF2Qr8