González, B. (2025, 31 de enero). El fin del gran icono brutalista que los arquitectos amaban (y vecinos y residentes odiaban). Architectural Digest España. Recuperado de https://www.revistaad.es/articulos/el-fin-del-gran-icono-brutalista-que-los-arquitectos-amaban-y-sus-vecinos-odiaban
Contexto
El brutalismo, un estilo arquitectónico que floreció entre las décadas de 1950 y 1970, se caracterizó por su uso de hormigón visto, geometrías imponentes y un enfoque funcionalista. A pesar de su impacto en la arquitectura moderna, su declive comenzó a finales del siglo XX, cuando las críticas sobre su apariencia austera y su escasa adaptabilidad a las necesidades sociales contemporáneas ganaron peso.
Declive del Brutalismo
A finales de la década de 1970, el brutalismo comenzó a perder popularidad. Las críticas se centraron en la percepción de frialdad y austeridad de sus diseños, así como en problemas de mantenimiento y envejecimiento de las estructuras. Además, la asociación con proyectos de vivienda social que enfrentaban desafíos socioeconómicos contribuyó a su caída.
Uno de los símbolos más notorios de este declive fue la demolición de Robin Hood Gardens, un conjunto de viviendas sociales en Londres diseñado por Alison y Peter Smithson en 1972. Concebido como un experimento social, el complejo buscaba mejorar la vida urbana a través de amplios espacios verdes y pasarelas elevadas. Sin embargo, con el tiempo, la falta de mantenimiento y la percepción de inseguridad entre los residentes generaron un rechazo hacia su diseño brutalista. En 2012, se aprobó su demolición, llevada a cabo en dos fases entre 2018 y 2025.
Conclusión
El fin del brutalismo no solo se manifiesta en la demolición de icónicos edificios, sino también en la evolución de la arquitectura hacia modelos más sostenibles, flexibles y estéticamente integrados en su entorno. A medida que las ciudades buscan soluciones más habitables y sustentables, el brutalismo ha quedado relegado a un papel histórico y de referencia en la experimentación arquitectónica del siglo XX. Además de dar otras corrientes arquitectónicas, como el expresionismo estructural y el deconstructivismo.