Nace en Argentan, Normandía, en 1881; en 1900 viaja a París, donde se desempeña como dibujante de arquitectura mientras estudia en la Académie Julian, concluido su servicio militar en 1903 asiste a la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas como alternativa a la Escuela de Bellas Artes, donde no consigue entrar, pero asiste como oyente a clases de Jean-Léon Gérôme y Gabriel Ferrier. Sus primeras obras datadas de 1905 tienen una clara influencia del impresionismo. En 1907 asiste a la retrospectiva de Cézanne, donde conoce a Pablo Picasso y George Braque.

Su Desnudos en el bosque (1910) muestra a dos figuras antropomorfas descompuestas en un paraje repleto de texturas metálicas monocromáticas —en lo que parece la evolución del cubismo analítico— creando la atmosfera de un nuevo y deshumanizado mundo, explorando el lado de la tecnología que el futurismo se negaba a ver. En 1910 expone junto a Braque y Picasso en la galería de Daniel-Henry Kahnweiler y en 1912 lo hace de manera individual; al año siguiente experimenta con las formas de las maquinas y los colores primarios, llegando a la serie Contraste de forms (1913) donde trabaja con la convicción de eliminar toda referencia a la realidad, concentrándose en el color, la forma y la estética. De esta serie se despliega Nature morte, obra emblemática en óleo sobre yute, un lienzo grueso y de apariencia cruda que proveé de un aspecto áspero e irregular a la superficie de la pintura, sugiriendo espontaneidad, libertad y fuerza junto a las enérgicas pinceladas de Léger, creando contornos en negro y agregando colores azules, rojos, naranjas y blancos, acercándose a las ideas sobre el contraste de color de Delaunay.

En Escalera (1914) vuelve a las representaciones antropomórficas, construyéndolas en torno a formas abstractas y color, confiriéndoles perspectiva y profundidad. Participa en la Primera Guerra Mundial, experiencia que le revela las posibilidades visuales de las máquinas, adoptando las formas cilíndricas y geométricas para crear un mundo mecanizado que busca reconciliar sus formas metálicas y estandarizadas con las más orgánicas y aleatorias desde una visión humanista; este interés de Legér por la iconografía de la maquina le gana la categoría de tubista por el critico Louis Vauxcelles. En 1919 pinta La ciudad, una obra clave en las investigaciones de Léger sobre la realidad contemporánea, usando elementos como masa, color y forma para construir los elementos de las ciudades, evidenciando su bidimensionalidad en el plano pictórico a través del cubismo sintético, representando al humano como una figura despersonalizada y mecánica rodeada de postes, edificios, carreteras, aceras y señalamientos.

Fernand Legér se diferencia de sus contemporáneos al ser más ecléctico, reflejando los tiempos modernos en su propia persona. A inicios de la década de 1920 colabora con el escritor Blaise Cendrars en algunas películas, también diseña escenografías y vestuarios para los Ballets suédois de Rolf de Maré. Abre su taller en Ozenfant el mismo año que ve la luz su primera película sin argumento, Ballet mécanique (1924), en la que participa Man Ray; al año siguiente realiza sus primeros murales para el Pabellón del L’Esprit Nouveau de Le Corbusier para la Exposición Internacional de Artes Decorativas de 1925. Siempre abierto al cambio y la vanguardia, sus cuadros presentan influencia de Kandinsky, De Stijl y el surrealismo; en Tres mujeres (1921) las figuras se muestran despersonalizadas como volúmenes mecánicos sobre un fondo geométrico, que presagia la abstracción de Mondrian al mismo tiempo que evoca un ambiente art déco.