El Bosque Rojo es una zona forestal de 10 km² que se encuentran en el sur de la ciudad de Prípiat, sirviendo como una frontera natural entre la civilización y la naturaleza de Chernóbil. Su nombre surge como consecuencia de la radiación ionizante absorbida por las hojas de los árboles, las cuales adquirieron un tono rojizo fuerte y después de un tiempo murieron, fueron talados y enterrados bajo tierra, poco tiempo después se plantaron nuevos por los liquidadores. A pesar de ser considerado como uno de los lugares más contaminados del mundo, el bosque ha albergado flora y fauna como venados, lobos, águilas, aves y castores, así como plantas, árboles y vegetales que han florecido aun con las dosis letales de radiación.

Lobos en el Bosque Rojo. Fotografiía tomada por Sergii Gashchak.

En las primeras semanas después de la explosión, la vida silvestre se enfrentó a dos obstáculos, la natural y la humana, por una parte, los animales que absorbieron la radiación comenzaron a morir, los que sobrevivieron se volvieron estériles o mutaron genéticamente, algunos se volvieron animales albinos y al no ser de interés para las demás especies, no se reprodujeron y sus mutaciones no fueron herederas. En el aspecto humano, muchos animales tuvieron que ser cazados para evitar la propagación de partículas radioactivas, especialmente los perros domesticados abandonados en Prypiat.

Años después de la explosión, especies de animales y plantas comenzaron a repoblarlo con crías y árboles, lobos, nuevos pinos y flores, gatos silvestres, jabalís y venados volvieron al bosque entre los años de 1987 y los 90’s, estas mismas especies y diversidad de otras más siguen habitando el bosque hoy en día.