De Caixal i Mata, David O. (2015). La batalla de Stalingrado “el principio del fin del ejército alemán en el este”, Revista Aequitas: Estudios sobre historia, derecho e instituciones no. 5: Universitat Autònoma de Barcelona. pp. 59-78 https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5107711
Batalla de Stalingrado
La batalla de Stalingrado fue el más colosal choque de la Segunda Guerra Mundial, entre las fuerzas de Hitler y las de Stalin, y el resultado de este enfrentamiento determinó en gran manera el resultado de la guerra. Stalingrado fue una de la batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial. En ella, fuerzas del eje, en su mayoría alemanes aunque también combatieron italianos, húngaros y rumanos, se enfrentaron a las fuerzas del Ejército Rojo por el control de la ciudad soviética de Stalingrado, actual Volgogrado, entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943.
La batalla se desarrolló en el transcurso de la invasión alemana de la Unión Soviética en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Con bajas estimadas en más de dos millones de personas entre soldados de ambos bandos y civiles soviéticos, la batalla de Stalingrado es considerada la más sangrienta de la historia de la humanidad. La grave derrota de Alemania y sus aliados en esta ciudad significó un punto clave y de severa inflexión en los resultados finales de la guerra y representa el principio del fin del III Reich en Europa, pues la Werhmacht nunca recuperaría su fuerza anterior ni obtendría más victorias estratégicas en el Frente Oriental.
Operación Barbarroja: inicios de la guerra de desgaste contra la Unión Soviética
La Operación Barbarroja fue el nombre en clave dado por la Alemania nazi a la invasión de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Esta operación comenzó el 22 de junio de 1941 y marcó el inicio de un frente oriental en el conflicto. El líder alemán Adolf Hitler rompió el pacto de no agresión con la Unión Soviética y ordenó la invasión con el objetivo de obtener recursos naturales, eliminar una amenaza estratégica y expandir el Lebensraum (espacio vital) para la población alemana.
La invasión fue llevada a cabo por tres grupos de ejércitos alemanes, que avanzaron rápidamente a través del territorio soviético. Aunque inicialmente lograron importantes éxitos, como la captura de vastas extensiones de territorio y el cerco de grandes contingentes del Ejército Rojo, la campaña se convirtió eventualmente en una lucha prolongada y brutal. La resistencia soviética, junto con el invierno ruso, desempeñó un papel crucial para detener el avance alemán. La Batalla de Stalingrado se convirtió en un punto de inflexión significativo, ya que los soviéticos lograron cercar y derrotar al Ejército alemán, infligiendo pérdidas masivas y cambiando el curso de la guerra en el frente oriental a favor de los soviéticos.
Inicio de la Operación Azul
La ofensiva alemana para capturar Stalingrado comenzó a finales del verano de 1942, en el marco de la Operación Azul o Fall Blau, un intento por parte de Alemania de tomar los pozos petrolíferos del Cáucaso. La Operación Azul, como se denominó la campaña alemana en el sur de la Unión Soviética, tenía como objetivo la captura de puntos fuertes en el Volga primero y, posteriormente, el avance sobre el Cáucaso. Esta división de fuerzas resultó fatal, ya que las tropas nazis se encontraron con una creciente resistencia soviética.