Navascués Palacio, P. (1987). La formación de la arquitectura neoclásica.
A mediados del siglo XVIII mientras la Ilustración estaba en pleno auge, en Francia se produjo una reacción en contra de la saturación del estilo barroco, el neoclásico. Esta nueva corriente se consolidó durante la Revolución francesa, pero el descubrimiento de Herculano y Pompeya (en Italia) despertó el interés de la sociedad en el arte y arquitectura clásica, incluso arquitectos y artistas viajaron a Italia para estudiar las ruinas romanas.
Características:
- Simplicidad de formas geométricas con muchas líneas rectas
- Grandeza de escala
- Uso dramático de las columnas dóricas, jónicas y corintias
- Implementación de proporciones armoniosas
- El uso de paredes vacías en contraste de los espacios sobresaturados del barroco.
- Fachadas con frontones y pórticos inspirados en templos griegos.
Edificios emblemáticos:
- El panteón de París. Jacques-Germain Soufflot. Inspirado en el panteón de Roma, es famoso por su cúpula monumental y un pórtico con columnas corintias. Este panteón simboliza la transición de la monarquía al pensamiento ilustrado.
- La plaza de la Concordia. Ange-Jacques Gabriel. Presenta una organización geométrica y una arquitectura inspirada en los principios clásicos. Durante la Revolución francesa fue el lugar donde se instaló la guillotina.
- Arco de triunfo de París. Fue mandado a construir por Napoleón Bonaparte, como conmemoración de las victorias de su ejército. Se basó en los arcos triunfales de la Antigua Roma y tiene relieves que exaltan los valores de Francia como nación.
El neoclasicismo transformó el paisaje urbano de París con plazas, monumentos y edificios públicos de inspiración clásica, así como también dominó los edificios gubernamentales y administrativos. Este estilo fue una manifestación tangible de los ideales de la Ilustración. Pues aparte de cambiar la estética de Francia, también consolidó la identidad nacional de Francia basada en la razón, educación y los valores republicanos.