Fuente:

Valdez, F., (2009) “Mariscal Jean de Dieu Soult, duque de Dalmacia. Memorias España y Portugal”


Flota de barcos para 10.000 hombres. (Problemas por escasez de efectivos en el ejército francés.)

Tiempo exacto: 13 de julio de 1810. 

Reunidas las tropas napoleónicas en Sevilla el mariscal Soult tuvo la brillante idea de atacar a la ciudad de Cádiz por dos frentes, el primero siendo obviamente por tierra con la infantería francesa, el segundo punto con barcos para atacar desde el mar. Para cumplir la visión del mariscal las tropas napoleónicas debieron hacer una empresa bastante grande, construir una flota de guerra para más de 10.000 hombres, para ello Soult mando a recoger todos los cubos viejos encontrados en los puertos y hasta los proyectiles enviados por el enemigo, ordeno la manufactura de armas, pólvora, la explotación de azufre, las minas de plomo, los yacimientos de cobre de Riotinto, las fábricas de salitre, todo esto por todas partes. Soult escribe que todo esto se había que producir porque no se poseía nada.

Impulsaba los trabajos de la flotilla con la misma actividad a pesar de la penuria de los necesarios medios materiales. Hube de limitarme a construir 85 chalupas o barcazas de combate y 108 de transporte, que podían transportar entre todas 10.000 hombres. Los dos batallones de marinos y obreros que destiné a ello llegaron en el transcurso de agosto, después de haber estado retenidos largo tiempo en los alrededores de Madrid.

Valdez, F., (2009) “Mariscal Jean de Dieu Soult, duque de Dalmacia. Memorias España y Portugal

Robert Dodd, Batalla de Copenhague, National Maritime Museum, 1801. Recuperado de: https://artuk.org/discover/artworks/the-battle-of-copenhagen-2-april-1801-173439

Los trabajos se hacían con el entusiasmo de siempre, la mirada de los soldados estaba en la toma de Cádiz para alcanzar el dominio total de Andalucía y próximamente el de toda la península ibérica, sin embargo, estos trabajos se hacían luego de mucho desgaste de todos los hombres de Francia. Ellos habían combatido durante los meses anteriores, habían tenido que marchar por toda España, estaban agotados y diezmados. Los soldados eran trabajadores y también eran hombres a los cuales se les habían negado los refuerzos muchas veces atrás, como el mismo mariscal escribió, en meses no llegaban más refuerzos ni de Francia ni del norte de España. Esta situación era difícil y solo empeoraba con los trabajos casi forzados para la construcción de la flota.

Peligrosamente aislados, debíamos saberlo y hacerlo todo. Tantos trabajos, combates, marchas forzadas casi cotidianas, constituían un servicio muy activo y muy penoso y fatigaban mucho a nuestras tropas. Las unidades permanecían diseminadas, sus jefes elevaban enérgicas reclamaciones sobre ese estado de cosas.

Valdez, F., (2009) “Mariscal Jean de Dieu Soult, duque de Dalmacia. Memorias España y Portugal

 

Jean-Charles-Joseph Rémond, Siège de Lerida por el general Suchet, Ministerio de la cultura francesa, 1836. Recuperado de: https://www.pop.culture.gouv.fr/notice/joconde/000PE005086

Además del desgaste de las tropas en los trabajos de construir la flota para la invasión de Cádiz, Soult relata en sus memorias como los mariscales también les aquejaba la falta y disminución de soldados en sus tropas, aparte de constantemente tener que dejar marchar más soldados, pues la situación lo solicitaba en otra parte del país. Soult ante estas quejas de sus camaradas los generales y mariscales, como comandante en jefe, el centro responsable era él y hacia él a quien convergían todos los reclamos. El duque de Dalmacia hacia lo que fuere para que las quejas llegaran a los altos mandos, apelaba a su amistad con los mariscales, les describía sus contratiempos y les rogaba que le comunicaran si podían aportarle algún punto de vista mejor que el suyo. Sus esfuerzos no fueron vanos y salvo algunos roces momentáneos o algunos malos entendidos de corta duración no dejó de reinar la concordia en el ejército.

Mortier se quejaba de que su 5º cuerpo fuera desmembrado y de que sus divisiones aisladas fueran transportadas de un extremo de Andalucía al otro y de que él mismo no tuviera mando que ejercer a causa de las misiones que se le encargaban, tanto en las montañas de Ronda como en la orilla derecha del Guadalquivir, de que no le quedaban fuerzas suficientes para vigilar la enorme longitud de sus líneas y de que el enemigo, informado de su debilidad, podría forzar el bloqueo en cuanto quisiera. El general Sébastiani sólo disponía de una división de reserva y estaba obligado a dividirla entre Murcia, donde había un ejército español, las montañas de Jaén, infectadas de malhechores, Ronda, Gibraltar y la costa de Málaga.

Valdez, F., (2009) “Mariscal Jean de Dieu Soult, duque de Dalmacia. Memorias España y Portugal

Hippolyte Bellange, Tyralier y Voltigeur. Guardia Imperial, Sitio ruso de la Guerra de 1812, 1843. Recuperado de: http://www.museum.ru/museum/1812/Army/Bellange/index.html

Resumen: La vida de un soldado napoleónico en guerra no era fácil en la época de la conquista de España, los efectivos napoleónicos no solo debían servir en las filas de las batallas, también debían desempeñar el rol de trabajadores para cualquier cosa que la armada francesa solicitara por esos días. En un apartado muy especial el mariscal Soult describe cómo con marchas forzadas tuvo que crear una flota para más de 10.000 soldados, con materiales conseguidos de las minas que rodeaban los territorios que habían conquistado para 1810. De igual forma el duque de Dalmacia nos relata las diferentes quejas que le llegaban a sus manos y oídos procedentes de otros mariscales que no soportaban la disminución de sus efectivos en sus filas y la escasez de materiales, entre otras cosas que llevaban al conflicto dentro del ejército.

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Flota de barcos para 10.000 hombres. (Problemas por escasez de efectivos en el ejército francés.)

Tema: Guerras Napoleónicas

Tiempo: 1810 - 1819

Eventos históricos: Guerra de la Independencia Española