Fue inaugurado en 1977 en París Francia por iniciativa del presidente Georges Pompidou, quien buscaba crear un espacio dedicado al arte contemporáneo de los Siglos XX y XXI, juntando lo mejor de las bellas artes, la literatura, la música y el diseño en un solo lugar que estuviese a la disposición del público.

Exterior del Centro Pompidou.

Su diseño innovador destaca por su estructura exterior visible, donde los elementos funcionales del edificio, como tuberías, escaleras mecánicas y conductos de ventilación, están expuestos y codificados por colores: azul para el aire, verde para el agua, amarillo para la electricidad y rojo para las circulaciones.

La idea del Centro Pompidou enfrentó en su momento diversas críticas, ya que se estaba creando un nuevo concepto de museo más innovador que los tradicionales que ya se tenía, considerando que París se enfrentó en 1970 a la pérdida de su condición  referente al arte contemporáneo en Nueva York, razón por la cual Pompidou en lugar de mandar a construir otro museo tradicional, quiso revolucionar imponiendo un lugar en el que se pudieran reunir todas las expresiones artísticas del presente, desarrollarse y promoverse.

Elevadores del Centro Pompidou.

La polémica que trajo consigo la construcción de este museo llegó a un nivel internacional, ya que no todas las personas estaban de acuerdo en que elementos que normalmente eran ocultos en un edificio se mostraran al aire libre, como las tuberías o escaleras mecánicas. Mientras que había personas que creían que era algo innovador. Gracias a esta controversia, se garantizó el éxito del museo, pues visitantes tanto nacionales como internacionales, querían ver El Centro Pompidou con sus propios ojos. Se demostró que la arquitectura puede ser tanto funcional como una obra de arte.

Interior del Centro Pompidou.